Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://darrenrmpj892114.frewwebs.com/38857621/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane